Averiguar el precio que debes pedir por tu vivienda, para que efectivamente se venda, no es tarea fácil.
Sin duda, uno de los aspectos que va a marcar el éxito o el fracaso de la venta de tu vivienda, es el precio que pidas por ella. Y es por ese motivo por lo que, si quieres vender, no querrás equivocarte en esa cifra.
Cuando queremos vender algo, es lógico y normal querer obtener el máximo beneficio y el primer impulso es pedir lo que nosotros consideramos que vale lo que queremos vender. Pero, lo que nosotros creemos que vale ¿es lo que cree que vale quien lo tiene que pagar?
También lógico y normal, cuándo vamos a comprar, es pretender pagar lo mínimo.
Entonces, quién tiene la razón: ¿El vendedor que pide mucho o el comprador que ofrece poco?
Esa es la cuestión: encontrar el precio justo, como aquel programa de TV (que si tienes “una edad” recordarás). Si me paso: Pierdo y si no llego: también Pierdo.
Como puedes intuir ya, no es tarea fácil decidir cuánto tienes que pedir para que tu casa se venda.
Una buena manera de actuar es, como el dicho: “si quieres pescar peces, piensa como un pez, no como un pescador”. Es decir, ponte en la visión, en cómo piensan y actúan los compradores.
Buscar, comparar, seleccionar y comprar la mejor propiedad inmobiliaria
Los compradores Buscan, Comparan y, encuentran y Compran “lo mejor” que existe en el mercado desde la perspectiva de la relación Calidad/Precio. Y ese es el proceso en el que deberías basarte si realmente quieres hacer una “buena venta de tu casa”.
Primero BUSCAN. Y buscan en un rango de precios que va: desde el importe más bajo que consideran como el mínimo de tipo de casa y calidad que esperan, hasta el máximo presupuesto que están dispuestos a pagar por lo que buscan. Como ejemplo: de 280.000€ hasta 325.000€
Después COMPARAN. Entre todas las casas que cumplen con ese único requisito de precio, empiezan a descartar con varios criterios:
- Las que no ofrecen las características que necesitan. Número de habitaciones, baños, dimensiones de la vivienda, garaje, etc…
- Las que piden un precio que, claramente no ofrecen las características para ese rango; y/o están en un estado que, con los arreglos que habría que hacer, la inversión total quedaría fuera de su rango de presupuesto.
Tras todos esos descartes, empieza la SELECCIÓN. Y suele consistir en comparar las viviendas entre sí: “por el mismo precio, esta es más grande que la otra”; “por poca diferencia de precio, esta está mejor conservada”; “esta es más barata, aunque no tenga piscina”; “al mismo precio, prefiero la que tiene más jardín”; “mira esta que está tan bien arreglada”; etc.
¿El resultado? Solicitan más información de “las mejores”, dejando en el olvido un gran número de viviendas de la lista inicial. (entre el 70-90% quedarán descartadas)
Finalmente viene la COMPARATIVA definitiva. Visitarán ese 10-30% de viviendas seleccionadas y elegirán la que tenga mejor Relación “Calidad”/Precio.
La buena noticia de todo esto es que, está en tus manos, decidir poner el precio que te permita superar todos esos “filtros” que hacen los compradores y sea tu casa una de las que visitarán. Y si eres hábil con el precio que pides, tu casa es la que elegirán.
Consejos para pedir un precio óptimo para conseguir el mejor precio.
Algunos consejos para pedir un precio estratégico y obtener el mejor precio posible:
- No pidas más para después negociar: Tu casa quedará fuera del rango de precios que buscan, por lo que no entrará en el “juego” de la selección.
- No pidas más ahora para después ir bajando el precio. Tu casa estará muy vista y etiquetada como cara. “Ahora va bajando… me espero a que baje más” o “si está bajando es que tiene prisa, así que le ofreceré menos”.
- Por supuesto, no pidas de menos. Salvo que quieras una venta rápida o, no tengas más remedio.
- Déjate ayudar. Los Agentes Keller Williams lo hacen todos los días para personas como tú, conocen qué hay y qué pasa en el mercado y tienen un alto índice de éxito para sus clientes.
PIENSA, ¿alguna vez compraste una lavadora, un cámara de fotos, un móvil o un coche de segunda mano? ¿Qué y cómo hiciste para asegurarte que no pagabas de más, sino que pagabas “el precio justo”?